¿Por qué Pseudo? La pelea de producir música
- Johan Stith Castro Treffy
- 23 oct 2017
- 3 Min. de lectura
En realidad no sé cómo colocar tres bellos años compartiendo este espacio con tantas personas: amigos, familiares, conocidos, gente fugaz, los que regresan, los que hoy ya no están, los que aún no han llegado y seguramente los que nos mantenemos en construir lo que llamamos "Atrapar el sueño antes de que nos lo quiten".

Marzo del 2014 es la fecha; la búsqueda de un espacio para compartir la música y en lo posible vivir el sueño, es la excusa. Esto es lo que nos lleva a la Casa de la Juventud de Los Mártires, una casa en el centro de la ciudad de Bogotá que con aires de ser vieja y administrada por personas, que de arte sólo conservan la moda, recibe en sus recovecos las ideas de quien se acerca. La casa tenía una bodega, que en tiempo atrás fue un garaje, este lugar es donde se piensa la pelea de construir un estudio de grabación para contrarrestar los costosos precios de la industria musical en Colombia.
La espuma, la madera, los tornillos, la tela y cualquier material que sirviese para insonorizar el espacio, era utilizado en cada rincón de éste, "recuerdo grabar a Satwarish, Juan Burguez, Azulado Swing&Blues y a Rapdal, pegados a una colchoneta para que la voz no se escapara", cada material también hacía parte de nuestras canciones en medio de construir el estudio: "existen muchas opciones para el territorio mejorar" y esto si que era asumir esa premisa.
Desde agacharnos para entrar a la cabina, de no tener piso más allá de la baldosa, de reciclar equipos e instrumentos, que en lo público se cree que hay que darle de baja por su no uso, de llegar a tener piso flotante, de construir una pared con una mesa de pin pon, y de vidrio una nevera de gaseosas, de tener nuestros propios equipos a recibir una donación de Colsubsidio, de truequear lo que grabamos por elementos que necesitamos: nuestras manos todo el tiempo son ese lugar, a la vez compartido con un montón de sueños que invaden el #PseudoStudio.
La Secretaria de Cultura de Bogotá en un artículo que realiza, llama a este lugar "Sueños Reciclados":

Ahora bien, ¿Por qué Pseudo? Felipe Piña de la agrupación Guachez, amigo de colegio y un músico tremendo, se amarraría a mis intenciones también para darle cabida a este SUEÑO, sí, con mayúscula porque sabíamos que no nos quedaría grande. Con la crisis existencial de nombrar lo que hacíamos, y al responder que esto podía y no ser un estudio, Felipe menciona que es un Pseudo-Studio: no es profesional pero tendrá la misma calidad musical y humana que cualquier otro, ya hay nombre que refleja la construcción del espacio en si.
Las paredes se adornaban con carteles que denunciaban las batidas militares, ilegales de hecho; que la Objeción de Conciencia es una opción para los que preferíamos empuñar una guitarra en vez de los fusiles que han silenciado tanta música (voces) en nuestro país. Simultaneo mi camino como estudiante en Derechos Humanos y el de asumir la canción como una Propuesta para cambiar lo que vivimos me resolvía en que el estudio tenía que ser una propuesta política en todas sus dimensiones y para eso había que empezar a convocar.

Aquí es donde se crean eventos tales como: Festival Vivan Las Artes, Encuentro De Cantautorxs, Pseudo Lente, OctuNiñez, los conversatorios, etc., que dan lugar a todas las propuestas donde el arte refleja lo que vivimos en nuestros territorios. Se suman personas con las que la amistad hace que esto sea real: Néstor Fonseca, fotógrafo, músico y soñador también de este proyecto, que en uno de tantos eventos realizados nos encontramos y terminamos hasta produciendo su primer disco: "Ruido Azul" así como las paredes del Pseudo.
La amistad y el amor por este lugar nos hace grandes, aún no he aprendido todo lo que debe aprenderse de lo colectivo, sin embargo agradezco a todo el parche Pseudo por hacerme mejor. Es turno de darle la voz a los demás. Me queda mucho por contar, pero pasaré por alto muchos momentos que considero deben quedarse en la memoria de quienes los hemos vivido. El camino, aunque con dificultades, nos ha sonreído para convencernos de que la autogestión es posible, de que tomar lo público como nuestro también lo es, que con nuestras manos la solidaridad y el amor por el arte se siente más, que no podemos renunciar aunque las diferencias nos lleven a odiarnos y luego a abrazarnos.
Sabemos que no pararemos en la producción de discos y materialización de estos sueños, que el espacio algún día lo reemplazaremos por uno propio, que las historia nos llevará a realizar cosas más grandes, que los conciertos y conversatorios no se detendrán, que llegue quien llegue al escenario político distrital y nacional, defenderemos como nuestro el lugar. Nos queda mucho hacer.
Treffy
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